martes, 30 de mayo de 2017

La Magia de Ser Libre. Carretera Austral de Chile 2




Nos tomamos un largo tiempo para abandonar aquel remanso de paz en los confines de la Patagonia norte de Chile, a orillas del Río Quidalco. Los buenos lugares son como el primer beso del buen amante: sacuden el alma.

Allison ha dado señales de vida y sabemos que está bien desde las once media de la noche. Conocer su paradero nos ha permitido descansar toda la noche. Sin embargo, el estrés emocional sufrido en las últimas horas ha succionado nuestra energía y nos sentimos agotadas física y mentalmente.


A las 12.30 pedaleamos hacia Hornopirén. En esta época del año, el calor aprieta por estas latitudes. El vaho se levanta de mi cabeza, caliente y oloroso a tufo a establo, caldo de cultivo perfecto para los tábanos, que inician una insistente persecución propia de una manada de agentes del FBI volando en un Sikorsky UH-60M Black Hawk en acoso y derribo de los mejores ladrones de bancos del país. (Descárgate nuestro  hit patagónico "Baile del Tábano" gratis).




El asedio se torna insoportable incluso cubriendo mi piel con impermeable y guantes. Noto cómo se posan sobre mi Trimm Ventura Women´s Jacket con la esperanza de clavarme el pico por algún lado. La boca de este insecto es capaz de traspasar una camisa de algodón y las licras son pan comido para esta lacra parecida a la mosca pero de mayor tamaño. La hembra posee una boca de piezas endurecidas y agudas, con la que pica a caballos, bueyes, mulas, cristinas y marikas, etc. para alimentarse de su sangre.



En esta parte de la Ruta 7 el tráfico es abundante y los vehículos pasan a gran velocidad, incluidos los camiones, por lo que debemos extremar la precaución y concentrarnos en la carretera, a pesar de la nube de moscas que casi nos levanta del suelo y nos hace volar con la luna de fondo como los niños de E.T. La mayoría de los vehículos pasan a gran velocidad y dejan un rastro de piedras que se proyectan en nuestra dirección y una estela de polvo que me hace respirar con dificultad. Algunas veces deseo salir de aquí, deseo respirar aire fresco. Tengo el vientre seco y duro. De pronto todo se me vuelve agresivo y desafiante.


Después de varias horas comienza un tramo de asfalto que transformará el tedio en placer el resto del trayecto hasta Hornopirén. Allison sale a nuestro encuentro varios kilómetros de pavimento después sin su eterna sonrisa. El vientre se me ablanda. Se me queda lleno y laxo. La situación es muy incómoda. Tengo ganas de gritarle y darle cachetes, pero mi cariño y admiración por ella me pueden, y el instante tenso desemboca en un abrazo de las tres a la vez y una retahíla de disculpas por todas partes por lo acontecido. 


Ella se deshace en lamentos por haberse comportado como una niña chica con zapatos nuevos, y no haber actuado con precaución pedaleando por primera vez en grupo, y yo por haber sido tan seca por teléfono. Una vez acercadas posturas, la letona y yo sentamos las reglas básicas de convivencia que teníamos que haber diseñado antes y no hicimos. No separarnos del grupo sin previo aviso, y en dicho caso, concretar un lugar de futuro encuentro y portar siempre agua y un teléfono operativo.

Las parcelas del Camping El Tango son individuales, se sientan sobre una tarima y están cubiertas por un techo de madera. Es el camping mejor preparado que he visto hasta ahora en Latinoamérica. El hecho de contar con un suelo que te aisle de la humedad en un lugar como la Patagonia es un lujo tan apreciable como el que te reciban con café y pastas en cualquier alojamiento low cost. 

 Allison ha pasado la noche aquí y ha pagado a la propietaria para que nos de la bienvenida con unas empanadas de queso y otras de pino (hechas con carne, huevo y verduras) que están para morirse.


El lunes 13 de febrero penetramos en el Parque Pumalín navegando desde Hornopirén. El viaje dura medio día y debemos tomar dos transbordadores para cruzar el Fiordo Largo y alcanzar Caleta Gonzalo. Este sería uno de los trayectos más cautivadores de toda la Carretera Austral. Un viaje ameno que combina un duro pedaleo en carretera de tierra en los márgenes del Parque Nacional Hornopirén y en el Parque Pumalín y dos viajes en transbordador por la puerta de entrada a los fiordos chilenos.




Leptepu es un brazo de tierra atrapado en un brazo de mar, como tantas otras minúsculas penínsulas en esta desmembrada e intransitable parte de Chile, donde alguna vez los dioses montaron en cólera y sesgaron la placa continental de un puñetazo. En esta parada de ensueño aguardamos el segundo transbordador durante horas. 


Aprovecho para sacar la caña de pescar y lanzar la mosca, tarea complicada en aquella ventosa zona. Sin embargo, no cejo en mi empeño y persisto sin demasiado éxito, aunque siempre motivada por la esperanza, con esa actitud soberbia y desafiante que se me pone cuando no me salen las cosas como quiero pero no me doy por vencida.


Caleta Gonzalo es la única población que hemos visto desde Hornopirén. Un complejo de cabañas apostadas en la bahía nos da la bienvenida. Decidimos pasar la noche en el camping más próximo a la playaEl lugar es enorme y tiene baños y refugios techados para cocinar, varias cabañas, un café restaurante, un centro de información con tienda de artesanías y un kiosko con comida básica.


 Elegimos un espacio ligeramente apartado de turistas y mochileros porque estamos acostumbradas a la soledad y necesitamos un periodo de adaptación para convivir con decenas de personas a la vez. Además, preferimos el sonido de los pájaros a los reproductores de música portátil, tan comunes en Chile, y el canto de los grillos en la noche.



Ally y yo recolectamos arándanos para la cena mientras Marika cocina paella española- letona a la Marika. Tras elaborar una rica mermelada con los berries chilenos, devoramos la cena con insaciable apetito de fieras carniceras, vamos, como siempre. Los arándanos son muy comunes en el Parque Pumalín y su gran producción en este país ha hecho de Chile su primer exportador mundial. Recolectamos esta baya cada vez que podemos por sus grandes beneficios para la salud y excelentes propiedades antioxidantes y antisépticas.




La crisis pasada en el seno del grupo ha mejorado nuestra comunicación y cooperación. Nos sentimos muy felices y se respira un buen ambiente. Lo pasamos bien juntas, tenemos un similar sentido del humor y apreciamos el incalculable valor ecológico del bosque templado nativo y vírgen que nos rodea. Un entorno en peligro de extinción hace casi tres décadas y recuperado por el multimillonario norteamericano Douglas Tompkins.



Douglas visitó Chile por primera vez en 1961, y volvió varias veces para escalar, esquiar, navegar en kayak y hacer excursiones a lo largo del sur. Después de haber pasado años en el mundo de los negocios, como fundador de The North Face y confundador de Esprit, tomó la decisión de contribuir a la protección de las últimas áreas silvestres que quedaban en la Tierra y combatir la crisis de extinción global.







***Agradecimientos a las hermanas Zerpa, de Las Palmas de Gran Canaria, por hacerme más fácil la tarea de bloguear y escribir mi próximo libro regalándome un teclado de PC en condiciones :)


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